El Día Internacional de la Mujer no es solo una fecha de conmemoración sino un recordatorio de los obstáculos que aún enfrentamos en el mundo laboral y de los logros conseguidos con esfuerzo y determinación. Cuando asumí la presidencia de Afedeco, lo hice con la responsabilidad de representar a un sector fundamental en nuestra sociedad y con la conciencia de que era la primera mujer en hacerlo, tras ocho hombres que me precedieron. Que la novena persona en ocupar este cargo sea una mujer no es una casualidad, es el reflejo de un cambio que se está produciendo, aunque aún de forma demasiado lenta.
El papel de la mujer en el comercio
El sector del comercio ha sido históricamente un espacio donde la mujer ha tenido una gran presencia, pero no siempre el reconocimiento que merece. Durante generaciones, han sido muchas las mujeres que han sostenido pequeños negocios, trabajado en tiendas y mercados, y desarrollado una labor incansable en el tejido comercial. Sin embargo, a pesar de esta presencia, los puestos de dirección y decisión han estado, en su mayoría, ocupados por hombres. Esto no es algo exclusivo del comercio. Ocurre en prácticamente todos los sectores económicos. Las mujeres trabajamos en igualdad de condiciones, pero seguimos enfrentando barreras para acceder a los puestos de liderazgo. Y no porque falte talento, formación o capacidad, sino porque aún persisten dinámicas que dificultan esa evolución.
Conciliación, brecha salarial y el doble esfuerzo
Muchas mujeres tienen que hacer equilibrios entre su carrera profesional y la carga de responsabilidades familiares que, en gran medida, sigue recayendo sobre nosotras. La falta de medidas eficaces para facilitar la conciliación afecta directamente a nuestras oportunidades de desarrollo laboral. A esto se suma la brecha salarial, que en muchos sectores sigue siendo una realidad, así como el llamado techo de cristal, esa barrera invisible que impide a muchas mujeres llegar a los puestos de mayor responsabilidad. En demasiadas ocasiones, a las mujeres se nos exige un doble esfuerzo para demostrar nuestra valía.
Un cambio necesario: más referentes, más oportunidades
Que yo sea la primera presidenta de Afedeco tras ocho hombres no es solo un dato anecdótico, es una muestra de que aún queda camino por recorrer. Necesitamos más mujeres en puestos de liderazgo, porque los referentes son fundamentales para inspirar a las nuevas generaciones. Por eso, desde Afedeco, quiero reivindicar el papel de la mujer trabajadora, de la emprendedora, de la que saca adelante un negocio con esfuerzo y constancia, de la que lidera equipos, de la que innova y transforma el comercio. Porque sin nosotras, el comercio no sería lo que es hoy.
Hacia un futuro más igualitario
El futuro del comercio y de la sociedad en general no puede permitirse el lujo de prescindir del talento femenino. La diversidad en los equipos de trabajo, en la dirección de empresas y en la toma de decisiones no solo es una cuestión de justicia, sino de eficiencia y progreso. Está demostrado que las empresas con mayor equilibrio de género son más innovadoras, más productivas y generan mejores resultados. Este 8 de marzo no es solo una jornada para recordar lo que hemos avanzado, sino también para exigir lo que aún nos queda por conseguir. Porque la igualdad no es una meta lejana, es un derecho que debemos ejercer cada día. Y, sobre todo, para que en un futuro cercano ya no sea noticia que una mujer llegue a la presidencia de una organización como Afedeco. Porque significará que la igualdad ha dejado de ser una excepción para convertirse en la norma.
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