Todo pasa y todo queda

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Ocurrió hace cinco años. Una antigua canción decía que la vida puede ser eterna en cinco minutos. ¿Cómo es en cinco años? Algunos pensarán que ha pasado mucho tiempo, habrán almacenado los recuerdos en un rincón de la mente, porque la memoria puede ser dolorosa e inoportuna. Conviene hacer borrón y cuenta nueva, incluso de aquello que en su momento nos pareció inolvidable. Otros lo recordamos como si fuese ayer, porque marcó un antes y un después en nuestras vidas. Era el mes de marzo. La mayoría no nos habíamos tomado demasiado en serio los rumores ni las alertas. Nos parecía la trama de una película de ciencia ficción. La covid nos sonaba a un peligro imaginario que no llegaría a hacerse realidad. Una semana antes de que comenzase la pesadilla, viajé a Barcelona. Me encontré a un conocido en el avión. Debía de ser más precavido o estar más informado que yo, porque llevaba una mascarilla. Me pareció muy extraño. Le hice una foto y se la mandé a un chat de amigos, burlándome un poquito de su exceso de celo. No tenía ni idea de todo lo que nos esperaba. La inconsciencia suele ir unida a la ignorancia.

Cuando llegó la realidad, fue impactante. Comenzó un período oscuro. Encerrados en casa, sin saber cuál era el alcance de la situación, temerosos de todo, intentamos reinventar la vida. No fue sencillo. Para consolarnos decíamos que esa experiencia iba a hacernos mejores. Pasar pruebas de fuego tiene que ser un aprendizaje para seguir adelante de una forma distinta: más solidaria, más empática.

No sucedió así. Cinco años más tarde, muchas personas mantienen secuelas físicas o mentales de lo que vivimos. No somos mejores. Incluso me atrevería a decir que hemos empeorado. En cualquier caso, el mundo no se ha convertido en un lugar más bello, ni los seres humanos hemos aprendido nada. Los medios de comunicación nos devuelven las imágenes del confinamiento: las ciudades desiertas, con ese vacío terrible. Grandes avenidas, plazas, calles sin gente. Los escenarios sin personajes. Los actores del mundo encerrados entre cuatro paredes. Sucedió y nos parecía imposible. Hoy sabemos que todo pasa y todo queda.