Gloria Fluxà, vicepresidenta y CSO de Iberostar Group.

Gloria Fluxà forma parte de la cuarta generación de la familia hotelera que mueve los hilos de Iberostar, una de las cadenas mallorquinas con mayor presencia en todo el mundo. Asumió el cargo de vicepresidenta cuando se incorporó al Grupo en 2006. Desde entonces, ha centrado su cometido en la integración del desarrollo sostenible en una gestión que conjuga bases científicas y éticas. Será una de las ponentes invitadas en el Club Ultima Hora-Valores, que tendrá lugar el 1 de octubre, a las 19.00 horas, en Es Baluard Museu. Allí hablará sobre qué pueden hacer el sector turístico para contribuir a frenar el cambio climático.

Fue usted nombrada el año pasado vicepresidenta de World Travel & Tourism Council y presidenta del comité de sostenibilidad. ¿Qué cree que debe hacer Baleares para ser más sostenible?
—El turismo tiene una increíble capacidad para ejercer una fuerza positiva, ya que es uno de los motores clave en la creación de valor económico y social a nivel mundial. Balears es y seguirá siendo un destino vacacional estratégico, por lo que es imprescindible encontrar la forma de atraer un turismo de calidad que contribuya al desarrollo social y económico.

¿Cómo?
—Es necesario un modelo de turismo regenerativo y circular, y la colaboración en toda la cadena de valor es fundamental para lograrlo. Una colaboración que fomente el diálogo y el acercamiento entre instituciones, empresas y sociedad civil para construir una visión a largo plazo. Al trabajar juntos, podemos asegurar que nuestras islas no solo sigan prosperando, sino que también se conviertan en un modelo global de innovación y sostenibilidad para el futuro.

Club Ultima Hora Valores

Algunos sectores de la sociedad civil abogan por el decrecimiento. ¿Es partidaria de ello?
—El turismo, más que una industria, es un sistema complejo que para prosperar debe operar en armonía con la sociedad y el medio ambiente, adoptando un enfoque holístico. Como ejemplo, no hay que olvidar que el 80 % del valor derivado de los bienes y servicios de turismo depende de la naturaleza. Como colectivo, debemos considerar si la noción de decrecimiento implica reducir el valor y cómo eso afecta a cada parte de este sistema interconectado. El turismo actualmente contribuye al 10 % del empleo global con un aporte aún mayor en Balears. Lo que está claro es que debemos adaptar nuestras estrategias para fomentar el valor, la calidad y la productividad, lo que requiere una planificación reflexiva y deliberada.

Llegamos tarde a todas luces con el cambio climático. ¿Eso justifica ser más agresivo con las medidas?
—Nunca es tarde. Actualmente ya estamos notando los efectos del cambio climático y dichos efectos tenderán a aumentar en el medio y largo plazo. Por ello debemos tomar conciencia, actuar ahora, fijar una hoja de ruta y no cejar en el empeño. De nuestra propia experiencia hemos aprendido que el cambio real se produce a través de la colaboración, en primer lugar con la ciencia, con el sector, con la sociedad civil y también con entidades, tanto públicas como privadas. Por eso es fundamental que no actuemos de forma aislada sino colaborativa, tendiendo puentes. El coste de la inacción es sin duda mayor que el de la acción y sólo a través del esfuerzo colectivo podemos lograr el impacto positivo a gran escala que necesitamos.

«La apuesta por un turismo responsable traerá un futuro mejor». «Las empresas turísticas deben buscar más allá de la rentabilidad». Son frases que pronunció el pasado mes de junio en Palma. ¿Si no se trabaja desde la responsabilidad, qué panorama prevé para las generaciones del futuro?
—Creo que es mucho más interesante darle la vuelta al enfoque y pensar qué dejaremos a las próximas generaciones si trabajamos con responsabilidad. Con visión de largo plazo generaremos un cambio positivo a través de un turismo positivo. Pertenecer a la cuarta generación de una empresa familiar con más de 68 años de experiencia empresarial te proporciona un sentido de arraigo y de compromiso con nuestra tierra y con todos los lugares en los que estamos presentes.

¿En qué consiste exactamente ese compromiso?
—Hemos recibido un legado y unos valores muy sólidos sobre los que construimos, mirando al futuro con realismo y ambición. Trabajamos para equilibrar nuestra rentabilidad, que entendemos como prosperidad económica, social y medioambiental. La idea de que la sostenibilidad es un ejercicio filantrópico no responde a la realidad. Del mismo modo que pensamos en la innovación como un elemento fundamental para seguir progresando, la sostenibilidad es parte de nuestro ADN y de nuestro enfoque integral.

Ha sido reconocida como una de las cien personas más influyentes en la lista TIME Climate, que valora las aportaciones en materia climática dentro de la comunidad empresarial. ¿Cómo ha implantado los principios de responsabilidad y sostenibilidad en una mastodóntica cadena internacional como es Iberostar?
—Es un verdadero privilegio estar al lado de personas tan inspiradoras. Para Iberostar es un orgullo que se haya reconocido nuestra labor y esfuerzo. En nuestro caso la responsabilidad y la sostenibilidad son parte fundamental de nuestro propósito. El impulso de un modelo de turismo responsable nace de nuestra pasión por los océanos, combinada con objetivos ambiciosos, una hoja de ruta clara y concisa que hemos abordado de la mano de la ciencia y apoyados en datos para ir tomando cada una de las decisiones. Este camino no hubiera sido posible sin la colaboración y el compromiso de todos nuestros equipos, socios, partners y comunidades. Desde aquí, quiero dar las gracias a todos ellos por habernos acompañado en un camino que no ha hecho nada más que empezar.