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La consellera de la Funciò Pública, Pilar Ferrer, convocó ayer por la tarde una rueda de prensa para desmentir las acusaciones formuladas por la mañana por la sección sindical de Comisiones Obreras en la CAIB. El sindicato dibujó un panorama preocupante en los métodos empleados por los máximos responsables del Govern en la contratación del personal, afirmando que de los 2.000 trabajadores adscritos en algún departamento de la Administración pública, «700 son interinos de forma fraudulenta», según explicó, también en rueda de prensa, el dirigente sindical de CCOO, Francisco Lillo, que estuvo acompañado por Fernando González, Asumpta Massanet y Katiana Vicens.

Los denunciantes citaron nombres concretos y vínculos familiares «manifiestos» para solicitar la dimisión de Ferrer, a la que además acusaron de «prevaricar de forma continua» al permitir que se realicen esas contrataciones. «La hija y el yerno de la consellera accedieron a la Administración sin que hubiese existido una oferta pública de sus plazas», explicó CCOO.

CCOO señala que el yerno de la consellera optó a una plaza de subinspector de Hacienda y que fue contratado tras una entrevista personal. «Los vínculos familiares siguen primando más que los profesionales en el ámbito de nuestra Administración Autonómica», señala CCOO. Insistieron, asimismo, en calificar de «perversos» los concursos para contratar al personal, «ya que en las bases se busca un perfil determinado para facilitar el acceso de determinadas personas». Citaron el caso de Carmen Sagrado, regidora de Cort, que ocupa una plaza en la Conselleria de Hisenda «y nadie la ha visto por allí», o de Jesús Martínez de Dios, que se ganó la plaza de jefe de relaciones con los sindicatos «y no lo hemos visto nunca», explicó Lillo.