El incidente ocurrido el viernes en Can Picafort, protagonizado por
un dogo argentino, ha provocado que en los últimos días se disparen
las peticiones de seguros para perros.
Las compañías de seguros no tramitan las pólizas si los animales
no tienen todos los documentos en regla y se les ha colocado todas
las vacunas, sobre todo contra la rabia. Una portavoz de la
compañía Mapfre indicó ayer a este periódico, que las personas que
se interesan por un seguro tienen que presentar la cartilla del
perro. Es el documento en el que se demuestra que el animal está
sano y que no tiene ninguna enfermedad. Dentro de esta cartilla
debe aparecer el número de la placa y el registro del veterinario.
El precio del seguro que cubre los daños que puede ocasionar un can
oscila entre las cinco y las 20 mil pesetas. La cantidad depende de
la cobertura que cubre la póliza.
Según informó la portavoz de la compañía, existe un seguro
obligatorio que cuesta unas cinco mil pesetas al año. Las compañías
ofrecen también la oportunidad al dueño del animal de cubrir los
gastos por el sacrificio del perro e incluso por la residencia
canina. El precio también depende del valor del animal, sobre todo
si el propietario quiere asegurarse recibir una indemnización en el
caso de que el perro se le escape o se le extravie. Para la
compañía no es lo mismo pagar la pérdida de un animal con pedigrí
que uno que es la mezcla de varias razas.
Pese a que la ley exige que las personas que tengan un perro
tienen que asegurarlo, existe un alto nivel de desobediencia de
esta normativa.
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