Un perro de la raza 'pit-bull' que mató el pasado año a una mujer
de 53 años en la capital grancanaria fue sacrificado ayer por orden
judicial, informaron a Efe fuentes policiales.
Una inyección letal puso fin a la vida del animal, un ejemplar
de unos dos años que respondía el nombre de «Capitán» y que se
encontraba desde el 3 de septiembre de 1998 en las instalaciones de
la unidad canina de la policía nacional.
La víctima, Lidia Juana G.B., murió como consecuencia de las
graves heridas provocadas por las mordeduras del perro, que le
atacó en la calle Tirma, del barrio de La Isleta, al parecer sin
que existiera ningún tipo de provocación.
Este caso causó indignación en la capital grancanaria y los
dueños del animal, dos hermanos de menos de treinta años, pasaron
varios días en la prisión de Salto del Negro, hasta que fueron
puestos en libertad por el juez que instruye el caso por un
presunto delito de homicidio por imprudencia grave.
Los dos hermanos manifestaron entonces que no se encontraban
presentes en el momento del ataque del perro y que todo pudo
deberse a un fatal accidente.
Este suceso abrió un intenso debate sobre el control de algunas
razas de perros que son entrenados por sus dueños para manifestar
una gran agresividad e, incluso, para utilizarlos en peleas
clandestinas.
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