El tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de Palma ha
condenado a una entidad bancaria de Palma, por aportar datos
erróneos de uno de sus clientes en el fichero de morosos. Este
cliente, que perdió una importante operación económica al aparecer
en esta lista de impagados, recibirá una indemnización de dos
millones de pesetas por los daños materiales y morales que le ha
supuesto que su nombre apareciera en este listado.
En el mes de junio de 1995 el perjudicado firmó una opción de
compra para hacerse con una finca rústica. Adelantó un millón y
medio de pesetas a los propietarios, pero se comprometía a perder
este dinero si en un plazo determinado de tiempo no pagaba el resto
del precio de la finca. Durante este tiempo pidió un préstamo.
Acudió a tres bancos y en todos ellos recibió la misma
contestación: no le podían dar el préstamo porque tenían informes
desfavorables de su solvencia. Por este motivo, perdió el dinero
que había adelantado por la opción de compra. El perjudicado era el
abogado Joaquín Pérez Marsá, que decidió presentar una demanda
contra el banco y defender él personalmente este pleito, que ahora
ha ganado.
La sentencia explica que el citado abogado mantenía una línea de
crédito con la entidad bancaria. Tras una renovación de la póliza
el cliente pagó el dinero que debía y canceló la deuda. Sin
embargo, la entidad envió datos a una empresa que recoge la
información de todos los clientes bancarios. Joaquín Pérez Marsá
aparecía en el fichero como deudor de un préstamo y, lo que es
peor, se utilizaba la palabra «judicial». Ello fue interpretado de
tal forma que indicaba que el cliente mantenía un pleito con un
banco para no devolver una determinada cantidad económica.
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