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Juan Soberats no aguantó más su versión. El hombre acusado de matar a su compañera sentimental, Margalida Fiol, confesó el crimen, y lo hizo ayer, tras mantener durante dos años y diez meses que era inocente de la muerte de la maestra. Esta confesión, aunque inesperada, no sorprendió a casi nadie, y se escuchó en el segundo juicio por la muerte de la mujer. El primer juicio, en el que se condenó al acusado por asesinato, se anuló por un defecto de forma.

El cambio de actitud de Juan Soberats no respondía a una iniciativa suya, sino a una nueva estrategia de la defensa. Antes de que el acusado tomara la palabra, su abogado Eduardo Valdivia ya había llegado a un acuerdo con el fiscal Tomeu Barceló y el acusador Miguel Monserrat: se confesaba culpable si se le condenaba por homicidio y no por asesinato. Así puede ahorrarse casi diez años de cárcel. Sin embargo, este acuerdo aún es secreto y el juicio tiene que celebrarse.

Con las manos siempre agarradas a la espalda, con una actitud fría y utilizando una voz pausada, Soberats reconoció que había apuñalado a Margalida (siempre se refirió a ella como su mujer) porque ella había descubierto que la estaba estafando. Durante casi dos años el acusado había llevado una doble vida. Margalida creía que su compañero ganaba dinero vendiendo seguros. La realidad era muy distinta. El dinero que gastaba lo obtenía de los ahorros de la mujer. Para ello manipulaba sus libretas y se apoderaba del dinero. «Mi mujer era una persona con un carácter muy fuerte. Estábamos haciendo reformas en casa y ella me exigía que sacara el dinero de donde pudiera». Soberats pudo maquillar esta situación durante casi dos años. El día 27 de junio de 1996 todo cambió. Al volver al piso, tras hacer unos recados, Margalida le estaba esperando en la puerta. «Había descubierto que la estaba estafando y empezó a insultarme». La pareja discutió. Primero lo hizo en la entrada y después en el comedor. Hubo insultos e incluso agresiones. Según Soberats, fue en este ardor de la pelea cuando «perdí los papeles». Cogió un cuchillo colocado sobre la mesa del comedor (se cree que lo fue a buscar a la cocina) y con esta arma apuñaló a la mujer.