El asesino y la víctima del crimen de es Rafal llegaron juntos a la
gasolinera y compraron una botella de vodka. Esta es la hipótesis
que está barajando la policía y que puede ser una de las pistas que
conduzca a la detención del agresor. La botella fue encontrada
sobre una jardinera, ubicada a escasa distancia del lugar donde
apareció el cadáver. Allí mismo también había varios vasos
(utilizados por los protagonistas del suceso), así como una mochila
con ropa, que pertenece a la víctima.
La policía recogió la botellas y los vasos para intentar
encontrar las huellas del asesino. La colocación de la mochila
puede interpretarse como un intento de despistar la investigación
policial, ya que todos las pruebas indican que el indigente no
murió en el lugar donde apareció muerto con el cráneo
fracturado.
Durante la noche del sábado permaneció de guardia en la
gasolinera un único empleado. Esta persona no fue testigo de lo
ocurrido, porque permaneció durante la noche en la oficina de la
estación de servicio, desde la que controla los surtidores y desde
donde vende, entre otros productos, bebidas alcohólicas. Los
responsables de la gasolinera comprobaron que durante la noche se
había realizado la venta de una botella de vodka, valorada en 1.700
pesetas, que puede ser la misma que apareció ayer en el escenario
del crimen.
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