Juan Martín García, el joven de 19 años de edad, que el pasado mes
de septiembre mató en Eivissa al líder de la secta «Edelweis», será
juzgado el próximo mes de junio en Palma acusado de asesinato. El
fiscal intentará convencer al jurado popular que el acusado es
autor de un delito de asesinato y por este motivo solicita una
condena de 17 años de prisión. La defensa niega los hechos e
intentará demostrar que su cliente sufrió un trastorno motivado por
la influencia mental que ejercía la víctima sobre el acusado.
El fallecido Eduardo González Arenas no era precisamente un
personaje ejemplar. A principios de los años 80 «Edie» organizó un
grupo de montaña dedicado al excursionismo. En realidad se trataba
de una secta, en la que los monitores ejercían una posición de
influencia frente a los menores, que eran víctimas de todo tipo de
abuso sexual. Los adeptos eran convencidos para que abandonaran el
domicilio de sus padres y convivieran con los monitores. Se
comprobó que muchos de los niños se tatuaban una cruz bajo la axila
con un alambre candente. El líder de la secta fue condenado a
cumplir 168 años de prisión por 28 delitos de corrupción de
menores. Tras mantener una conducta ejemplar en prisión, fue
trasladado a la cárcel de Eivissa. Seis años después de ser
condenado obtuvo la libertad condicional. Ni tan siquiera acudía a
dormir a la cárcel. En Eivissa inauguró el pub «sa Gàbia», en la
localidad de Santa Eulàlia. Su presencia no agradaba a los vecinos.
A mediados de 1997 Eduardo González fue denunciado por tres
jóvenes, que le acusaron de agresión sexual. Se sospechaba que
«Edie» intentaba reorganizar la secta «Edelweis» pero nunca se
llegó a comprobar. Pese a esta denuncia se le dejó en libertad por
falta de pruebas.
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