El subdirector de la escuela secundaria Heritage, Cecil Brinkley,
se acercó al alumno que ayer disparó e hirió a seis personas en
dicho centro y le pidió que le «entregara el arma», momentos
después de que el joven de 16 años abriera fuego contra sus
compañeros en esta ciudad cercana a Atlanta (Georgia).
El estudiante bajó el arma y se echó en los brazos de Brinkley
sollozando: «¡Qué he hecho, qué he hecho!». El superintendente de
la escuela del condado de Rockdale, Donald Pecci, dijo que no
estaba sorprendido de que Brinkley ayudara a poner fin a la
tragedia. «Es un gran educador, una persona que ha estado con
nosotros más de 20 años y ha sido maestro durante 39», dijo Pecci,
subrayando que probablemente el profesor se retirará al final de
este año. Preguntado sobre su personalidad, Pecci dijo que Brinkley
es «muy, muy reservado. Una clase de individuo muy tranquilo».
Nathaniel Deeters, un estudiante de 15 años, dijo que habló con el
agresor antes que comenzara a disparar y reveló que el muchacho
estaba consternado porque había roto con su novia tres días antes.
El joven está bajo custodia en un centro de detención juvenil y las
autoridades esperan presentar cargos en su contra el próximo
jueves.
Por otra parte, el tiroteo ocurrido hace un mes en una escuela
de Littleton (Colorado), donde murieron 15 personas, cambió la
percepción de los Estados Unidos sobre la violencia juvenil, dijo
ayer el presidente estadounidense, Bill Clinton, a escolares de ese
centro educativo.
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