Fabrizio Menegoli, el italiano acusado de matar a una mujer en un
piso de la calle Pascual Ribot, en Palma, mantuvo ayer que es
inocente. El jurado popular juzga desde ayer la muerte de Josefa
Orta, que apareció sin vida a finales de diciembre de 1997. La
mujer, de 65 años de edad, fue encontrada muerta en el sofá de su
casa atada con las manos en la espalda, y amordazada con la funda
de una almohada. La víctima murió asfixiada después de presenciar
como el agresor le robaba sus pertenencias.
La acusación, que representa el fiscal y el abogado de la
familia de la víctima, Francisco Riera, mantiene que el italiano
mató a la mujer guiado por el móvil del robo. El acusado lo niega,
pero se encontraron seis huellas suyas en el escenario del crimen.
Sus huellas aparecieron en un mueble y en una persiana. Por ello se
cree que la mujer, que vivía sola, le abrió la puerta a Fabrizio
porque le conocía de un bar. El acusado, que es toxicómano, vendió
parte las joyas en el barrio «chino» de Palma, según aseguran
varios testigos. Fabrizio explicó ayer, a preguntas de la fiscal
Lola Rodríguez, que estuvo trabajando en un bar de es Fortí. Allí
conoció a Josefa Orta, que solía acudir cada día. Explicó el
acusado que conocía el edificio donde vivía la mujer porque una vez
le había ayudado a llevar la compra, si bien no pasó más allá del
rellano del ascensor, por lo que no podía concretar qué piso
ocupaba.
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