TW
0

La Audiencia de Palma ha condenado a un ginecológo a pagar seis millones de pesetas a una mujer que se sometió a un aborto y que, al salir de la clínica, seguía embarazada. La víctima sufrió un embarazo ectópico, que supone que el embrión crece en la trompa en lugar del útero. Sin embargo, el médico, al que acudió para un aborto, no detectó este tipo de embarazo. El médico sospechó que había tenido un aborto espontáneo, y ordenó a un compañero que realizara una aspiración. La Audiencia no condena al médico que erró en su diagnóstico, sino al que practicó la aspiración porque no se preocupó de analizar lo que había extraido, ya que hubiera comprobado que no se trataba de un feto. La mujer perdió una trompa.