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Los vecinos de Son Cotoner han iniciado una campaña de recogida de firmas para evitar que un joven de la barriada, condenado por tráfico de drogas, ingrese en prisión para cumplir una condena de ocho años y seis meses de cárcel. Carlos Alberto M.B. tenía 19 años cuando se vio envuelto en un problema que le puede llevar a prisión. En el mes de octubre de 1994 intervino en una operación de tráfico de pastillas de éxtasis. El joven se movía en ambientes de consumidores de esta sustancia. Tres soldados de Valencia le ofrecieron a él y a sus dos amigos si querían pastillas. Dijeron que sí y preguntaron cuantas tenían. Les dijeron que 500 y les pidieron un millón de pesetas. Al final, la policía detuvo a los seis jóvenes e interceptó los éxtasis. Las 500 pastillas constituyeron una agravante de notoria importancia. El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma condenó a Carlos Alberto y a los otros cinco acusados a penas de más de ocho años de cárcel. El joven recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo, que no hizo más que confirmarla.

Durante el tiempo que ha esperado la resolución judicial la vida de este joven ha cambiado. Ahora tiene 24 años y era consciente de que en cualquier momento podían ordenarle que ingresara en prisión, y cada vez que acudía a pedir trabajo explicaba que había sido condenado. Pese a todo encontró trabajo, pero estos años no pudo afrontar un proyecto de futuro al estar pendiente de la sentencia.

El joven ha abandonado el ambiente que se movía y es otra persona. Trabajaba como transportista y sus compañeros han presentado un escrito diciendo que es un trabajador ejemplar.