El Cuerpo Nacional de Policía ha desarticulado una red de ámbito
internacional que desde hace años se venía dedicando a la
introducción, distribución y venta de hachís en Mallorca. Hasta el
momento se ha detenido a 24 personas y las operaciones del Grupo I
de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) se han efectuado
en Palma y seis localidades de la Isla: Manacor, Marratxí, Inca,
Felanitx, Santanyí y Montuïri. Entre los detenidos se encuentran
personas de uno de los dos clanes implicado en el tiroteo ocurrido
hace meses en Manacor, tratándose en algunos casos de las mismas
personas que ya fueron detenidas en mayo por la UDYCO, acusadas de
la venta de hachís en Manacor, y que a los pocos días quedaron
libres tras ser presentados ante la autoridad judicial.
La operación no se da por cerrada y hasta el momento se han
intervenido 31 kilos de hachís, siete vehículos, joyas valoradas en
dos millones y procedentes de robos, cámaras de vídeo, siete
teléfonos móviles y otros efectos.
Todos los datos de la operación se dieron ayer en una rueda de
prensa convocada en la Delegación del Gobierno. La misma estuvo
presidida por la delegada, Catalina Cirer, el jefe superior del
CNP, Eduardo Pérez Extremera, el jefe de la Brigada Provincial de
Policía Judicial, Elicio Amez, el jefe de la UDYCO, Manolo Peragón,
y el jefe del Grupo I de Estupefacientes de la UDYCO, Antonio
Suárez.
Tanto por parte de la delegada como de los mandos policiales se
destacó el hecho en sí de la total desarticulación del grupo, que
ha quedado totalmente inoperativo, más que la intervención de la
droga y otros efectos. La red venía operando en Mallorca desde hace
años y cada mes introducía una media de 100 kilos de hachís,
calculándose que han sido miles los kilos de la droga que se han
introducido y vendido en los diferentes puntos de distribución. La
red estaba perfectamente jerarquizada y las investigaciones se
iniciaron a principios de año, incrementándose a raíz de los dos
tiroteos ocurridos en Manacor. Para ello, el Grupo I de la UDYCO ha
efectuado un despliegue en el que han trabajado quince
personas.
De las primeras investigaciones se supo que el grupo estaba
dirigido por personas de origen norteafricano, en concreto
marroquíes, algunos residentes en Palma y otros en Manacor. Algunos
de los marroquíes tenían legalizada su situación en el país, bien
por haberse casado con españolas o bien por otros motivos.
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