Un turista británico de 20 años de edad protagonizó en la noche del
pasado miércoles un curioso incidente.
El veraneante, presumiblemente bajo los efectos del alcohol o de
alguna droga, se encontraba en un pub de la avenida de Magaluf y
sobre las nueve y media de la noche se desnudó y comenzó a agredir
a los clientes del negocio.
A continuación salió a la calle, en estado de aparente
obcecación, y corrió en dirección a la playa. Se adentró en el agua
y trató de subir a una embarcación que estaba allí fondeada. Su
propietario advirtió a tiempo la maniobra y lo expulsó. El joven,
lejos de deponer su extraña actitud, se zambulló de nuevo y llegó
hasta otro yate, que consiguió poner en marcha. La Guardia Civil,
alertada de lo ocurrido, se dirigió hacia la costa a bordo de una
embarcación privada y abordó el yate sustraído. Los agentes
actuaron contra reloj porque existía el riesgo de que el extranjero
colisionara contra otras naves o se empotrara contra las rocas.
Al final consiguieron abordarlo y reducirlo, aunque ofreció
tenaz resistencia. El joven pasó la noche en los calabozos de la
313 Comandancia, en Palma, todavía aturdido.
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