«Vivimos una pesadilla. Nos han dicho que hemos de esperar seis
meses para estar seguros de que mi hija no ha contraído el sida y
aunque los médicos nos dicen que estemos tranquilos lo estamos
pasando fatal». Enrique Hernández, el padre del bebé de 10 meses al
que un atracador le clavó una jeringuilla en Palma, como venganza
por no haberle podido robar nada a él, declaró ayer a
Ultima Hora que lo que hizo aquel delincuente «es
de una crueldad inusitada».
El decorador se encontraba el pasado domingo en una joyería de
Los Geranios, junto a su hija Paula: «La niña dormía en el
cochecito y yo estaba trabajando. De repente entraron dos hombres
bien vestidos y uno de ellos le colocó un puñal a Paula en el
cuello. El otro se dirigió hacia mí, imagino que para pedirme el
dinero, pero tuve una reacción instintiva y le propiné un puñetazo
al que amenazaba a mi hija».
A continuación, el hombre fue atacado por el segundo ladrón, que
le apuñaló en un costado. «Me defendí y le doblé el brazo. Cuando
lo tenía inmovilizado vi cómo el otro individuo se levantaba del
suelo y, arrastrándose, llegaba hasta el cochecito de Paula.
Presencié cómo le clavaba una jeringuilla en el brazo y no me lo
podía creer». Los dos atracadores aprovecharon que el decorador
corría hacia su hija para huir y segundos después fue el propio
Enrique quien salió a toda prisa del local, con su hija en brazos:
«Paula seguía dormida, con la jeringa clavada, pero yo estaba
desesperado. Desde el Cappuccino llamaron a una ambulancia y se la
llevaron a Son Dureta».
Pero el auténtico calvario del vecino de Son Oliver y de su
familia comenzó entonces, ante la duda de que ese pinchazo pudiera
haber transmitido alguna enfermedad a la pequeña de diez meses. «Yo
estoy con más rabia que preocupación. Hasta la policía me ha dicho
que esto nunca había ocurrido en Palma; ¿Cómo se puede clavar una
jeringa a un bebé que duerme?, hay que ser muy canalla. Hemos
consultado con médicos de Palma y de la Península y todos nos dicen
que nos tranquilicemos, pero mi mujer está desesperada y nuestra
familia lo mismo. Hemos de esperar seis meses para estar tranquilos
por completo, y se hacen muy largos», añadió.
Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía están realizando
intensas gestiones para detener a los dos agresores. A este
respecto, el padre aseveró: «deseo con todas mis ganas que los
cojan y que paguen lo que han hecho».
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