El yate Constellation, propiedad del príncipe de Qatar, que el
pasado jueves embistió a un ferry de pasajeros en el puerto de
Eivissa, abandonó ayer por la tarde el Club de Mar de Palma, pese a
la orden de inmovilización provisional dictada por un juzgado
ibicenco.
El barco de recreo abandonó el puerto hacia las cuatro de la
tarde, pese a que una patrullera de la Guardia Civil del Mar
intentó interceptarlo, por orden del juzgado de Eivissa. El
Constellation hizo caso omiso de los requerimientos de la Guardia
Civil, que incluso utilizó señales marítimas para obligar que el
yate regresara a puerto.
Tres horas después de producirse estos hechos, el yate no había
regresado aún a puerto, según explicaron en el Club de Mar.
Aunque oficialmente ni la Comandancia de la Guardia Civil ni la
Delegación del Gobierno informaron sobre el incidente, los
encargados de aclarar la huida confían en que tarde o temprano
retorne a Palma, debido a que la orden judicial de paralización le
impedirá atracar en cualquier otro puerto.
El Constellation colisionó el jueves contra el buque «Formentera
Jet», de la compañía Balearia, que realizaba el trayecto
Eivissa-Denia-Palma y que sufrió graves daños materiales. El
director general de Balearia, Adolfo Utor, aseguró ayer que los
desperfectos han sido valorados en más de 600 millones de pesetas.
Un helicóptero de la Guardia Civil participaba ayer en la búsqueda
de la nave, que parece que se dirigía a Francia.
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