«Me gustaría que Yan Yü fuera juzgado en China, porque allí existe
la pena capital». El padre de Xu Weidi y abuelo del pequeño David,
de dos años, tiene previsto abandonar la Isla y vender su
restaurante, ya que, según él mismo explicó, ahora ya no hay nada
que les retenga en Mallorca.
El empresario llegó a Porto Cristo hace más de diez años, junto
a su esposa, su hija y el marido de ésta, del que luego ella se
separó. Hasta el pasado jueves su situación era óptima, habían
progresado económicamente y el nacimiento de David había llevado la
alegría a la familia Weidi. El cabeza de familia recordó que hace
un año despidió a Yan Yü, pero matizó que en su restaurante no
trabajaba como cocinero «sino como barrendero». «Venía por nuestra
casa de la calle Concepción con la excusa de ver a David, pero en
realidad iba por Xu», opinó el señor Weidi.
Sobre el carácter del doble asesino, el empresario explicó que
«era muy poco hablador, pero también muy problemático. Por eso lo
sacamos del restaurante. Cuando trabajó en un japonés de Palma
también amenazó de muerte a una de las dueñas». En la actualidad,
el señor Weidi y su esposa rinden tributo a su hija y al pequeño
David de la forma tradicional china: cada noche dejan abierta la
puerta de la casa y en una mesa colocan fruta fresca, para que los
espíritus descansen en paz.
Hoy por la tarde se celebra en la iglesia de Porto Cristo el
funeral católico por Xu Weidi y el pequeño David, lo que demuestra
el grado de integración de la familia china en Mallorca. La pintora
era muy conocida en la localidad y también colaboraba en el
restaurante «Oro Negro», propiedad de su padre.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.