La Audiencia de Palma ha condenado al dueño de un perro que el día
16 de septiembre atacó gravemente a una funcionaria de correos, en
la localidad de Alaró.
Los demandados, por su parte, alegaron que las mordeduras
caninas se debieron a la culpa de la víctima y que no se
acreditaron debidamente las secuelas. «Examinada la prueba
practicada en modo alguno consta acreditada la culpa de la víctima
y no se comparte la valoración efectuada por el recurrente», opinan
los magistrados. En cambio, la Audiencia no considera probado que
la funcionaria cayera en una depresión tres días después del
ataque, con problemas psicológicos de fobia a los perros «que le
imposibilitan desarrollar su actividad laboral y social». Eso sí,
los magistrados opinan de que «no cabe duda» de que la trabajadora
precisó y recibió en su día tratamiento psicológico para superar el
terror hacia los canes. Por este motivo, y en atención a los
efectos probatorios, la Audiencia estima «procedente» reducir la
indemnización pedida inicialmente y fijarla, ahora, en 400.000
pesetas.
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