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La imprudencia de muchos excursionistas, en su mayor caso inexpertos, es lo que provoca accidentes como el acaecido en el acantilado del Cavall Bernat, entre el Port de Pollença y la Cala de Sant Vicenç, en el que el pasado domingo murió un turista de 39 años.

La excursión, conocida como de es Cavall Bernat y que suele iniciarse desde las casa de Boquer, es muy frecuente entre los aficionados a la montaña.
El trayecto engancha a los excursionistas ya que la primera hora es casi un paseo, y las vistas tienen un encanto especial. Sin embargo, después se inicia un recorrido más apto para gente con experiencia y que conoce el terreno, ya que hay altitudes de vertical absoluta de entre 300 y 350 metros.

Fuentes de protección civil han informado que los accidentes mortales no son frecuentes, aunque cada año se produce algún que otro rescate de importancia y también algún accidente fatal, como el del pasado domingo. Otros accidentes que se producen son de más fácil solución y en muchas ocasiones los mismos excursionistas pueden arreglarlo. Los mismos consejos que dan desde protección civil son los que se encuentran en la guía de excursiones, de la sección de montaña del Club Pollença, en la que se dice que «el excursionista que decida acometer este itinerario debe ser consciente de sus propias limitaciones físicas y morales». El problema de la excursión estriba en que cuando se ha comenzado y se ha llegado a la punta de la Troneta no se debe volver atrás, sino continuar diagonalmente hacia Cala Boquer. Muchos excursionistas, poco acostumbrados, quedan afectados por la gran vertical y deciden interrumpir la excursión y es entonces cuando se producen los accidentes.

Las excursiones a es Cavall Bernat y a Cala Boquer son frecuentes entre los turistas. Una de las personas que más conoce la afluencia de excursionistas es «la madona» de Boquer, Maria Vilanova, que ayer explicaba que lleva casi toda su vida en las casas de Boquer y ha visto como han bajado cadáveres y heridos, de los accidentes que se han producido.