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Lorenzo Carmona, un encargado de mantenimiento, de 34 años, mató anteanoche a sus dos hijas, gemelas de 4 años, con sendos disparos de escopeta y luego se suicidó tras avisar por teléfono a su esposa, de la que se había separado hace apenas una semana, de que nunca más volvería a verlas, han explicado fuentes próximas a la familia. Los cadáveres de las niñas y de su padre fueron descubiertos cerca de la medianoche del domingo en el piso conyugal, que se había quedado Carmona hace una semana cuando su esposa decidió iniciar los trámites de separación matrimonial y se mudó con sus dos hijas, Lorena y Cristina, a otro apartamento de la localidad. La mujer, R.J., de 29 años y que había denunciado anteriormente en varias ocasiones a su marido por malos tratos, avisó a los Mossos d´Esquadra tras recibir la llamada amenazadora de su cónyuge.

El presunto parricida, a quien sus vecinos han calificado como «un chico normal», era natural de Pozo Halcón (Jaén), aunque hacía más de 13 años que se había trasladado a vivir a Platja d´Aro, igual que su esposa. Tras su separación, Lorenzo Carmona se quedó a vivir en el piso conyugal, en los bajos del edificio Sun Tower, en la avenida Ciutat de Girona de Platja d´Aro, donde trabajaba de encargado del mantenimiento.

Se trata de un bloque de 20 plantas con unos 160 apartamentos ocupados en su mayoría por ciudadanos de origen belga, aunque en esta fechas, sólo están habitados una decena de pisos. Este hecho habría hecho posible que, al tratarse de una zona poco habitada en el paseo marítimo de Platja d´Aro, nadie hubiera oído los disparos, que posiblemente se habrían hecho a media tarde, según los investigadores, que no han facilitado detalles del suceso porque existe secreto sumarial.