28/03/00 0:00
EFE-NAIROBI
La policía de Uganda ha descubierto otra fosa común con 70
cadáveres, incluidos varios niños, que podrían haber sido víctimas
de la secta apocalíptica a la que se acusa ya del asesinato de 483
personas. El hallazgo fue hecho ayer por la policía ugandesa en la
propiedad de Dominic Kataribabo, uno de los líderes del «Movimiento
para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios», en Rugazi
(sudoeste de Uganda). Esta localidad está situada a 80 kilómetros
al norte de Kanungu, la población donde 330 miembros del culto
murieron el pasado día 17 en el incendio de una iglesia, en lo que
se pensó inicialmente había sido un suicidio colectivo y que las
autoridades ugandesas atribuyeron luego a un asesinato de los
líderes del grupo. El cadáver de Kataribabo, un antiguo sacerdote
católico excomulgado, es uno de los únicos dos correspondientes al
liderazgo de la secta que fueron identificados después del
incendio. Los otros dos principales dirigentes del grupo y
presuntos asesinos, los también clérigos excomulgados Joseph
Kibwetere y Credonia Mwerinde, salieron de la iglesia antes del
siniestro y huyeron, según un joven que abandonó el local la noche
anterior y cuya madre murió en la tragedia.
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