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María Àngeles Sánchez Suárez estará enferma toda su vida. Desde que nació es hemofílica (la única mujer en Balears que sufre esta enfermedad), pero ahora sabe que además es portadora del virus de la hepatitis C, y cree que ha contagiado a su hija mayor con la enfermedad «porque desconocía su existencia».

La mujer, de 31 años de edad, se ha visto obligada a acudir a los juzgados, porque está convencida de que ha sido en Son Dureta donde le han contagiado esta enfermedad, durante las transfusiones de sangre que ha recibido. La mujer no puede pagar a un abogado y se le ha designado a uno de oficio. La representa el letrado Miguel Ill Ferrer, quien está dispuesto a llegar hasta el final para descubrir a los responsables de este contagio.

La hepatitis C es una enfermedad que se conoció hace apenas diez años. En España, desde 1990 todas las donaciones de sangre se someten a un test para detectar si contienen este virus. María Àngeles se ha sometido a numerosas transfusiones de plasma, del tipo Factor VIII. En agosto de 1998 descubrió que tenía hepatitis C. Se lo comunicó un médico de Son Dureta, que comprobó que esta enfermedad se le había detectado en 1993, pero hasta ese momento no se le había informado. Llevaba cinco años enferma y ella no lo sabía. Un año antes de detectarse el virus la mujer quedó embarazada de su segunda hija. La gestación estuvo controlada por los médicos, que la sometieron a varios análisis de sangre. En ninguno de ellos aparece referencia alguna a esta hepatitis. Durante el parto, que fue con cesárea, se le facilitaron varias unidades de plasma y María Àngeles cree que, al no existir ninguna referencia anterior, fue en ese momento cuando se infectó.