La mujer hallada el lunes en estado de descomposición en un margen
de la carretera de Esporles fue asesinada de un disparo en la
cabeza entre los meses de septiembre y octubre de 1999, según ha
podido saber este periódico de fuentes judiciales. Los restos
mortales se encontraban en el interior de un saco translúcido,
entre la maleza y muy cerca de la cuneta. Tras ser localizado el
bulto de forma fortuita por trabajadores del Ibanat (Instituto
Balear de la Naturaleza), se dio aviso a la Benemérita, que efectuó
una minuciosa inspección ocular en aquel escenario en busca de
indicios.
Ayer por la mañana los médicos forenses llevaron a cabo la
autopsia de los restos en el Instituto Anatómico de Palma. Un
sargento y un agente de la Policía Judicial se trasladaron al
cementerio palmesano para interesarse por el resultado del examen,
que se prolongó varias horas. La autopsia reveló que la víctima
había fallecido entre los meses de septiembre y octubre del año
pasado, de forma violenta al recibir un disparo de arma de fuego a
la altura de la cabeza. Luego, el o los asesinos colocaron el
cuerpo en el interior de un saco y lo camuflaron entre los arbustos
de la finca de Son Dameto, en el término de Esporles.
Pero otro aspecto que ha desvelado el informe forense es que la
víctima fue asesinada en un paraje que no era aquella cuneta de
Esporles y luego la abandonaron en el margen casi con toda
seguridad para ocultarla y propiciar que pasara el tiempo y se
fuera descomponiendo. Desde un primer momento se sospechó que el
cadáver podía corresponderse con el de una mujer debido a la forma
y tamaño de la dentadura y al hecho de que entre los restos se
hallara un collar con bolitas.
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