La Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor y de Palma están
investigando la muerte de un turista alemán que a primera hora de
la mañana de ayer fue hallado sin vida en una calle de la Colònia
de Sant Jordi. El cadáver presentaba restos de sangre, pero a la
espera de la autopsia todo parece indicar que su muerte no fue
violenta. Friedel Erich Bruniug, de 50 años, llegó a principios de
mes a la Isla junto a su esposa, que recientemente había regresado
a su país. El hombre tenía previsto quedarse dos meses y viajó con
su coche, un Alfa Romeo modelo 156.
Se alojaba en unos apartamentos frente al supermercado Miguel,
en la calle Ramón y Cajal de aquel núcleo turístico, y su salud era
muy delicada. Al parecer se encontraba gravemente enfermo y en su
habitación se encontraron medicamentos y gasas ensangrentadas.
A las siete y cinco minutos de la mañana un vecino halló en la
calle el cuerpo sin vida y dio aviso a la Policía Local. Los
agentes pasaron el caso a la Guardia Civil, que envió a las dos
unidades de Policía Judicial a la Colònia, ante la posibilidad de
que se tratara de un homicidio o de una muerte violenta. Friedel
Erich apareció tendido sobre la acera, en una esquina, y a la
altura del cuello presentaba manchas de sangre. En su cartera había
80.000 pesetas, por lo que se descartó prácticamente que hubiera
sido atracado. Los funcionarios beneméritos se entrevistaron con
vecinos y comerciantes, que aseguraron que no habían visto o
escuchado nada extraño a esa hora. A las once llegó al escenario la
forense Emilia Salas, que examinó el cuerpo y corroboró la opinión
policial; es decir, que no había indicios externos de agresión. La
Policía Judicial acordonó la zona y realizó un amplio reportaje
fotográfico. También inspeccionó su coche, que se encontraba a
pocos metros de su apartamento y, por ende, muy cerca de donde fue
hallado el cadáver.
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