Quince años y un mes. Este es el periodo de prisión que deberá
cumplir Joaquín Lobato Montaño, el camarero de Peguera que asesinó
a un compañero de trabajo clavándole un cuchillo de cocina en el
corazón. La sentencia la ha dictado el magistrado Santiago Oliver,
cuyo fallo coincide con la petición del fiscal y de la familia del
fallecido, el joven Emilio Cañadas.
El acusado fue juzgado por un jurado popular, cuyo veredicto lo
declaró culpable de asesinato con la atenuante de un trastorno de
la personalidad. Los hechos se produjeron en la noche del día 16 de
septiembre de 1998 en la playa de Torà, en Peguera. Joaquín Lobato
trabajaba con Emilio Cañadas en un restaurante de Peguera, en el
joven se había incorporado cuatro días antes.
Según la versión del acusado, el joven desde el primer momento
criticó su presencia en el restaurante, y descalificaba su
condición de gitano. Joaquín Lobato reconoció que había quedado
citado en la playa con Emilio tras mantener una discusión. Se
sospecha que la disputa se inició por la rotura de un cristal.
El jurado llegó a la conclusión de que Emilio acudió a la cita
desarmado, mientras que el acusado había cogido un cuchillo de
cocina del restaurante y acudió al encuentro con su compañero con
esta arma. Emilio recibió una sola puñalada a la altura del
corazón, que le causó la muerte al instante. El examen forense del
cadáver demostró que la víctima fue atacada por sorpresa, puesto
que su cadáver no presentaba ninguna señal de defensa. El acusado
alegó en el juicio que había actuado en legítima defensa, puesto
que el que había acudido a la cita con el cuchillo había sido
Emilio, pero que él logró desarmarle.
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