El incendio que ha destruido el pabellón multidisciplinario del
polideportivo Príncipes de España está precedido de graves
irregularidades. A falta de los informes oficiales de los expertos
se deduce que, o no había, o no funcionaron los sistemas de
detección de incendios, que los materiales del interior del
pabellón no eran ignífugos y que, en definitiva, no se cumplieron
las normativas mínimas de seguridad. En junio del año pasado, los
responsables del polideportivo solicitaron las licencias de obras y
de actividades para el pabellón. Con respecto a la segunda, Cort
pasó a los expertos en el tema la solicitud para que un responsable
firmara su aprobación en el sentido de que el recinto reunía las
condiciones de seguridad exigidas. Pero según ha podido confirmar
este periódico, el informe no obtuvo la aprobación, simplemente,
porque no había sistemas de seguridad antiincendios. Pero lo que si
puede haber ocurrido, caso de que se hubiera inaugurado el pabellón
para la Universiada con el permiso relativo a la seguridad, es que,
por ejemplo, otros expertos como los Bomberos del CIM, hubieran
dado su aprobación.
Otra irregularidad es la de que no había o no funcionarios los
sistemas de detección de incendios. El interior del recinto quedó
destruido, pero el dato se deduce de la confirmación de que el
fuego se inició «dos o tres horas antes de ser descubierto», según
consta en el informe oficial. Caso de que el sistema hubiera
existido, o hubiera funcionado, las alarmas tendrían que haber
avisado del siniestro. Más aún, tendrían que haber sido detectadas
por un vigilante que, a tenor de sus declaraciones, estaba en el
lugar. El hombre ha declarado que diez minutos antes de ser
descubierto el fuego tuvo que expulsar del lugar a dos menores a
los que vio merodeando por el interior. Técnicamente el dato es
increíble puesto que en aquellos momentos el fuego hacía ya más de
dos horas que estaba devorando el interior del pabellón, y si había
alguien allí tendría que haberlo detectado. En cualquier caso, los
técnicos de los Bombers elaboran un informe y la investigación del
caso la ha asumido el Grupo de Policía Científica del Cuerpo
Nacional de Policía.
Con respecto a los trabajos efectuados por los bomberos, la
intervención se inició a las 18.46 horas del domingo, cuando un
motorista que había pasado por la calle Gremi de Picapedrers
detectó humo en el techo del pabellón. El parque central de los
bomberos se encuentra a unos cincuenta metros del polideportivo,
pero cuando los primeros efectivos llegaron no pudieron evitar que
la techumbre se derrumbara espectacularmente, dejando escapar una
columna de humo impresionante. Las tareas de extinción se
prolongaron por espacio de tres horas y media y participaron 32
bomberos y seis vehículos. El Cuerpo Nacional de Policía y la
Policía Local acudieron en auxilio de estos funcionarios y cortaron
parcialmente la calle Gremi de Sabaters y, por completo, la calle
Gremi de Picapedrers. Guillem García se puso al frente del
dispositivo, dada la magnitud del desastre, y los bomberos
trabajaron contrarreloj para que las llamas no se extendieran a
otros pabellones y a la sala de oficinas.
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