El techo de uralita cedió por la acción del fuego y la fachada quedó muy afectada. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA.

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PEP MATAS-JAVIER JIMÉNEZ El incendio que ha destruido el pabellón multidisciplinario del polideportivo Príncipes de España está precedido de graves irregularidades. A falta de los informes oficiales de los expertos se deduce que, o no había, o no funcionaron los sistemas de detección de incendios, que los materiales del interior del pabellón no eran ignífugos y que, en definitiva, no se cumplieron las normativas mínimas de seguridad. En junio del año pasado, los responsables del polideportivo solicitaron las licencias de obras y de actividades para el pabellón. Con respecto a la segunda, Cort pasó a los expertos en el tema la solicitud para que un responsable firmara su aprobación en el sentido de que el recinto reunía las condiciones de seguridad exigidas. Pero según ha podido confirmar este periódico, el informe no obtuvo la aprobación, simplemente, porque no había sistemas de seguridad antiincendios. Pero lo que si puede haber ocurrido, caso de que se hubiera inaugurado el pabellón para la Universiada con el permiso relativo a la seguridad, es que, por ejemplo, otros expertos como los Bomberos del CIM, hubieran dado su aprobación.

Otra irregularidad es la de que no había o no funcionarios los sistemas de detección de incendios. El interior del recinto quedó destruido, pero el dato se deduce de la confirmación de que el fuego se inició «dos o tres horas antes de ser descubierto», según consta en el informe oficial. Caso de que el sistema hubiera existido, o hubiera funcionado, las alarmas tendrían que haber avisado del siniestro. Más aún, tendrían que haber sido detectadas por un vigilante que, a tenor de sus declaraciones, estaba en el lugar. El hombre ha declarado que diez minutos antes de ser descubierto el fuego tuvo que expulsar del lugar a dos menores a los que vio merodeando por el interior. Técnicamente el dato es increíble puesto que en aquellos momentos el fuego hacía ya más de dos horas que estaba devorando el interior del pabellón, y si había alguien allí tendría que haberlo detectado. En cualquier caso, los técnicos de los Bombers elaboran un informe y la investigación del caso la ha asumido el Grupo de Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía.

Con respecto a los trabajos efectuados por los bomberos, la intervención se inició a las 18.46 horas del domingo, cuando un motorista que había pasado por la calle Gremi de Picapedrers detectó humo en el techo del pabellón. El parque central de los bomberos se encuentra a unos cincuenta metros del polideportivo, pero cuando los primeros efectivos llegaron no pudieron evitar que la techumbre se derrumbara espectacularmente, dejando escapar una columna de humo impresionante. Las tareas de extinción se prolongaron por espacio de tres horas y media y participaron 32 bomberos y seis vehículos. El Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local acudieron en auxilio de estos funcionarios y cortaron parcialmente la calle Gremi de Sabaters y, por completo, la calle Gremi de Picapedrers. Guillem García se puso al frente del dispositivo, dada la magnitud del desastre, y los bomberos trabajaron contrarreloj para que las llamas no se extendieran a otros pabellones y a la sala de oficinas.