TW
0

El domingo desapareció un pabellón de deportes y, a medida que transcurren los días, parece desintegrarse también la documentación que debería regular su situación. Según anunció ayer la directora general d'Esports, Joana María Petrus, en la Comisión de Espectáculos de la consellería de Interior no consta ninguna confirmación de que el sistema de seguridad del pabellón se ajustase a la normativa; en realidad, no consta ni siquiera que se hubiera solicitado una revisión. Petrus volvió a esgrimir la celeridad que se imprimió a las obras de la Universiada como explicación a las numerosas irregularidades administrativas que han aflorado después del fuego. Ratificando las declaraciones que efectuó a este periódico el pasado martes, la máxima responsable del deporte en Balears recordó que la instalación ni tenía licencia de actividades, ni contaba con sistema de detección de incendios. Petrus calificó de «misterio» el hecho de que las llamas se hubieran propagado con rapidez entre material ignífugo provocando un suceso que ha dejado tras de sí un interrogante mayor: ¿cuéntan las instalaciones de la Universiada con su documentación en toda regla?. En este punto, Petrus fue concluyente en la respuesta: «Puedo constatar que las únicas instalaciones que han recibido el visto bueno de la Comisión de Eventos de Interior son el complejo de Son Hugo y el estadio de Son Moix».

Después de hacer un breve repaso a la historia del pabellón desaparecido, la directora general advirtió que la investigación no arrojará conclusiones a corto plazo: «en estos momentos se está procediendo a un estudio capa por capa hasta llegar al sustrato base». En cuanto a las diferentes teorías sobre el ritmo de propagación del fuego, Petrus aseguró que, según informes técnicos, la temperatura del interior del pabellón alcanzó los mil grados, un nivel que requiere al menos tres horas de combustión. «Sin embargo "matizó" la teoría de la Policía Científica es que el incendio fue mucho más rápido ya que para alcanzar setecientos grados bastan sólo quince minutos. Los detalles sobre cómo es posible que se propague tan rápido obedece en principio a la relación entre temperatura y tiempo, a las condiciones geométricas del recinto y también a la resistencia del material al fuego».