TW
0

El fiscal acusa a Francisco R.C., de 29 años, de dos delitos de intento de asesinato y solicita una condena de diez años de prisión por haber golpeado a su padre y a su madre con una hacha. El suceso ocurrió el día 18 de abril del pasado año en un domicilio de Son Servera. El padre, de 69 años de edad, ha perdido un ojo. Francisco R.C. se encuentra en prisión desde el día de los hechos. Ayer, en su declaración ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma, reconoció su condición de consumidor de drogas. Según el acusado, varios días antes de que se produjeran los hechos «empecé a oír voces y ver sombras extrañas a mi alrededor que me estaban persiguiendo. Me decían que tenía que hacerle daño a alguien». El joven afirmó que no relacionó estas voces con el consumo de drogas, aunque afirmó que estas órdenes en su subconsciente eran del demonio. «Veía un cabrito blanco con la cara del demonio y un hombre con una capa y un sombrero negro. Estaban en la ventana. No me hablaban pero me hacían gestos». Francisco afirmó que aquel día llegó tarde a su casa dispuesto a cumplir las órdenes que recibía. Buscó una hacha en su casa y entró en la habitación de sus progenitores. Primero golpeó a su padre cuando estaba durmiendo. El golpe le ocasionó la pérdida del ojo izquierdo. Después agredió a su madre con el hacha, aunque la lesión no fue tan grave. La mujer logró desarmarle. Después, el joven buscó una barra de hierro, aunque no llegó a utilizarla. «Cuando me detuvo la policía les dije que a mi padre le habían atacado los demonios». La madre del acusado, que declaró como testigo, afirmó que aquel día su hijo «no era él», por lo que pidió que le dejaran en libertad para poder cuidarle. La mujer recordó que fue ella quien logró quitarle el hacha a su hijo. «Cuando le dije que yo era su madre se quedó como un corderito». La madre abandonó el juicio asegurando que perdonaba a Francisco «ante ustedes (los jueces) y ante el Rey».