Ismael Martín Gago, el empresario del juego detenido en relación al
caso de las supuestas coacciones a un funcionario de la conselleria
de Hisenda, declaró ayer a este periódico que «nunca se me ha
ocurrido extorsionar ni amenazar a ese interino» y añadió que
contrató los servicios de un investigador privado autorizado porque
se sentía discriminado y estaba perdiendo mucho dinero.
El empresario catalán posee negocios relacionados con el juego
en Barcelona, Madrid, Galicia y Palma y según refirió ayer «nunca
he tenido ningún incidente administrativo o policial». A principios
de 98 instaló su negocio, Uni Nova 2000, en la Isla «y ya desde el
principio me encontré con problemas burocráticos que se fueron
agravando por parte del interino de la conselleria, que no es el
jefe de Juego de Hisenda, tal y como se ha dicho». A instancias de
su abogado, Martín Gago contrató los servicios de un conocido
investigador privado, director de la sociedad Grupoges, con sede en
Palma. «Quería que se investigara el patrimonio del funcionario
interino, porque todo lo que estaba pasando era muy extraño y
queríamos aclararlo», contó. El seguimiento se realizó «e incluso
grabé con cámara oculta el pago legal por unas licencias de
máquinas a otro funcionario de Cort, porque no me fiaba de aquella
operación», agregó. Las cosas se precipitaron cuando el interino,
al sentirse vigilado, presentó una denuncia ante el Cuerpo Nacional
de Policía: «Me detuvieron a mí, al director del centro de
investigación privada -que en todo momento actuó de forma correcta-
y a un empleado».
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