Prisca Angustias Cortés Rodríguez, una mujer conocida en el
ambiente policial con el sobrenombre de «la Prisca», persona
directamente relacionada con el tráfico de drogas, ha sido
condenada por la Audiencia de Palma. Los jueces del tribunal de la
Sección Segunda de la Audiencia le han impuesto una condena de seis
años y un día de prisión por un delito de tráfico de drogas. La
investigación contra Prisca Angustias Cortés Rodríguez se inició
tras la muerte de un joven toxicómano que falleció el día 31 de
mayo de 1997. Aunque no se ha demostrado que la dosis que provocó
la muerte de la víctima estuviera adulterada, el tribunal confirma
que fue la acusada quien le vendió la papelina de heroína al
toxicómano.
La acusada vivía en un domicilio situado en la calle Pes des
Formatge, en el casco antiguo de Palma. Desde allí vendió dos
papelinas a un «cliente», que le entregó 20 mil pesetas a cambio de
la droga. El toxicómano se guardó la droga trabándosela en un
anillo que llevaba en el dedo. Le enseñó la heroína a su
acompañante, una mujer que también era consumidora de droga,
trasladándose ambos a la Plaça d'Espanya. A continuación el joven
se ausentó para inyectarse la droga, trasladándose más tarde con su
acompañante al domicilio de ella. Por la noche el toxicómano se
sintió indispuesto y se murió. El análisis de sus muestras detectó
restos de heroína, cocaína, diazepan y otros derivados. No se ha
demostrado que la sustancia que se había inyectado estuviera
adulterada, aunque el tribunal afirma que la droga se la había
vendido Prisca Angustias Cortés, por lo que se la ha condenado.
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