Casi dos meses después de que se descubrieran los restos de una
mujer asesinada en un saco, en un margen de la carretera de
Esporles, la Guardia Civil ha encontrado una 'pista clave' que
puede resolver en las próximas semanas el caso.
Las incógnitas por desvelar son, todavía, más numerosas que las
certidumbres, pero de momento se ha concretado que los huesos
pertenecen a una mujer de entre 30 y 40 años, de 1'67 centímetros
de estatura y de complexión muy delgada. Podría tratarse de una
sudamericana, aunque la raza de la víctima está pendiente del
informe antropométrico que se está realizando en el Instituto de
Toxicología de Barcelona.
La inspección ocular en el escenario donde apareció el cuerpo y
el material recuperado -ropas, abalorios y, sobre todo, el saco-
están aportando datos muy significativos a los investigadores, que
después de ímprobas gestiones y de escasos resultados están
vislumbrando la luz. La mujer recibió un disparo en el cráneo, con
una pistola o un revólver, y una puñalada en la espalda. La fecha
del crimen se ha fijado entre los 12 y los 18 meses y vestía con
pantalón de tergal de color gris oscuro, jersey blanco de lana de
entre tiempo y unas botas hasta la rodilla con un gran tacón.
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