El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma juzgó
ayer a un fabricante de cocinas, llamado Rafael Vicente T.Q., que
está acusado de estafar a unas 20 personas. En concreto, según
explicaron ayer varios afectados, el acusado cobraba los anticipos
por la colocación de las cocinas, les tramitaba la financiación, y
después dejaba de cumplir con sus obligaciones. El fiscal, por el
delito de estafa, reclama una condena de tres años de prisión.
Jaime Pellicer, abogado de uno de los afectados, reclama una
condena de siete años de cárcel.
El tribunal escuchó ayer el testimonio de los perjudicados por
esta presunta estafa. Todos ellos coincidieron al apuntar al
acusado como la persona a quien le entregaron el dinero y quien se
responsabilizó de montar las cocinas. El acusado justificó estos
incumplimientos en la crisis económica que atravesaba la empresa, e
indicó que había vendido su parte de la sociedad a su otro socio.
En este sentido, el empresario insistió en que se había ofrecido a
solucionar la situación con algunos clientes, pero su socio le
rechazó su ayuda. Precisamente este socio, tras explotar el
escándalo, montó algunas cocinas que habían quedado pendientes y
que el cliente ya había pagado por adelantado.
Todos los perjudicados fueron detallando las cantidades
económicas que tuvieron que pagar para la colocación de la cocina.
La tienda sólo les entregaba las estructuras de las cocinas y
después los clientes no volvían a tener noticias de la empresa. Los
perjudicados se veían obligados a contratar los servicios de un
carpintero para que les terminara la misma. Algunos denunciantes
explicaron que para pagar la colocación de su cocina habían
tramitado una financiación y, a pesar de que el acusado no había
cumplido con sus obligaciones, se vieron obligados a pagar cada mes
para cancelar el préstamo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.