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Los ladrones que el pasado miércoles asaltaron el Palau March de Palma utilizaron guantes y, por ende, las huellas que encontró la Policía Local no aportan nada nuevo a la investigación. Una de las principales líneas de investigación consistía en analizar las huellas encontradas en las dependencias del lujoso recinto, pero el examen dactiloscópico ha revelado que las marcas son «planas», es decir, que los ladrones portaban guantes.

En los cinco días que han trascurrido desde el asalto ningún miembro de la familia March se ha presentado en el cuartel de San Fernando para presentar denuncia por robo, aunque los investigadores continúan con las indagaciones y no tienen previsto abandonarlas. Muy al contrario, la semana próxima los agentes tomarán declaración a varias personas en relación a los hechos, a fin de determinar si el botín fue, como se dijo en un principio, de unas 150.000 pesetas en efectivo. El viernes algunos mandos policiales se pusieron en contacto con la familia March para conseguir que presentaran denuncia. La policía piensa que los delincuentes -que accedieron al Palau trepando por la fachada y descolgándose luego por una cortina- tenían la seguridad de que iban a encontrar una cantidad de dinero muy superior a la que hallaron, por lo que revolvieron cajones, armarios y habitaciones enteras. Sin embargo, no se apoderaron de ningún objeto de valor de los muchos que alberga el recinto de la calle Conquistador.

La circunstancia de que los ladrones portaran guantes podría indicar que no se trataba de toxicómanos desesperados, sino de maleantes que sabían muy bien lo que hacían y que huyeron precipitadamente cuando el guardián dio aviso a la Policía Local y un coche patrulla llegó al Palau. Para salir del edificio se descolgaron por un visillo que habían obtenido de una de las habitaciones y luego saltaron a la calle.