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MICHELS-JAVIER JIMÉNEZ
La Policía Judicial de la Guardia Civil está tratando de despejar las numerosas incógnitas que rodean el caso de la vecina de Calvià violada salvajemente el lunes por la noche por tres hombres en un descampado de Son Caliu. Las dificultades a la hora de conocer el estado de las investigaciones son muchas, ya que la Benemérita continúa con su política de hermetismo total en todo lo que se refiere a la agresión sexual.

En la actualidad se están analizando los efectos -unas monedas y unos pelos- encontrados en el descampado en la inspección ocular del martes. Durante el registro, precisamente, se vivieron momentos de tensión entre el fotógrafo de este diario y los agentes que participaban en la investigación, que protestaron por la presencia del profesional. Sea como fuere, la Guardia Civil se ha centrado, por una parte, en detener a los tres agresores; y por otra, en aclarar algunos puntos que no están demasiado claros. Uno de ellos hace referencia a la secuencia de los hechos: la víctima declaró que había sido abordada en la calle Málaga a las 21'30 horas, cuando paseaba con sus dos hijos de tres años. Sin embargo, no fue hasta las doce de la medianoche cuando pidió ayuda a la Policía Local. El descampado se encuentra cerca del Club de Hielo y en las proximidades hay bares, restaurantes y casas habitadas.

No obstante, hasta el momento la Benemérita no ha localizado a ninguna persona que viera nada extraño a aquella hora. Por otra parte, también es cierto que el solar estaba muy oscuro y que la señora fue violada bajo un algarrobo, por lo que no es tan sorprendente que nadie presenciara nada. Una adolescente fue asaltada en Son Marroig a las ocho de la tarde de ese mismo día por los tres individuos, que no pudieron forzarla y huyeron.