La bandera roja que prohíbe el baño osciló durante unos minutos en la playa. Foto: A.S.

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La capacidad de crear alarma de un escualo, por pequeño que sea, en una playa mallorquina, en el mes de agosto y a las once de la mañana, es ilimitada. Y la prueba se vivió ayer en la playa palmesana de Ciudad Jardín, donde media docena de bañistas presenció como una tintorera de poco más de un metro "las versiones en este sentido difieren" se paseaba desorientada a escasos metros de la orilla.

Ciudad Jardín es una de las playas más concurridas de Palma y ayer por la mañana la afluencia de turistas y bañistas era considerable. A eso de las 10'45 un niño se acercó a un socorrista de la Cruz Roja y le comunicó, muy alterado, que un «pez grande» le había pasado a escasos centímetros de la pierna. Cuando el encargado de la seguridad en la playa se acercó a la orilla otras cinco personas le comentaron que había «algo en el agua» o que habían visto una aleta en las inmediaciones del espigón, junto al restaurante Bungalow.

El socorrista, entonces, decidió avisar por emisora y colocar la bandera roja para que nadie entrara en el agua. La situación de tensión duró pocos minutos y en ese período se sucedieron los testimonios de personas que creían haber visto «al tiburón». La Guardia Civil envió a Ciudad Jardín a una de sus lanchas, un helicóptero de la policía sobrevoló la zona y una lancha de la Cruz Roja apoyó las labores. Desde tierra el operativo no fue menos espectacular y efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local recorrieron la playa espectativos y vigilantes. El centro de emergencias del 112 coordinó las labores, que se prolongaron una media hora. Después se cambió la bandera roja por la amarilla de precaución y la situación, más o menos, volvió a la normalidad.