El Cuerpo Nacional de Policía de Palma ha descartado que el turista
danés Ivan Anderson, que apareció muerto el miércoles en un
descampado de Son Rapinya, falleciera por causas violentas.
Fuentes de la Jefatura informaron que el extranjero apareció
tumbado boca abajo y que de la reconstrucción de los hechos se
desprende que, agotado y desorientado, se paró a descansar en aquel
paraje y que ya no llegó a despertar. Lo que no está demasiado
claro es si la muerte se produjo el día 11 de julio, cuando
Anderson escapó de Son Dureta, o después. La identificación del
cadáver ha sido posible al comparar la ficha dental remitida por la
policía danesa con los restos hallados. Durante las tres semanas
que ha durado la desaparición del turista algunas personas
aseguraron que lo habían visto en sitios tan dispares como la Plaza
de España o s'Arenal. Ayer la policía explicó que la familia
desconocía que le habían diagnosticado una enfermedad terminal,
aunque él si lo sabía y ese fue el motivo, en apariencia, por el
que decidió huir de la sala de urgencias.
Su estado había experimentado un empeoramiento súbito y fue
ingresado en una clínica privada de Palma. De ahí se aconsejó su
traslado a la residencia sanitaria, pero Anderson decidió que no
quería someterse a nuevas pruebas e inopinadamente se levantó de la
camilla y se alejó caminando de Son Dureta.
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