El fuego de Estellencs empezó, según los primeros datos, a causa de un rayo. Foto: MICHEL'S

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El primer fuego comenzó sobre las seis y media de la mañana, en una finca llamada Auvellans, en el Puig de Massanella, en Selva. Las llamas, en cuya extinción trabajaron brigadas del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat), bomberos de Mallorca, Guardia Civil, Policía Local y una avioneta dromader, quedaron controladas en pocas horas y el desastre afectó a casi una hectárea de monte bajo y pinar.

Un rayo caído durante la madrugada fue, al parecer, la causa del siniestro. El segundo incendio, declarado sobre las siete y media de la mañana en la finca es Puiget, en Estellencs, alcanzó a una zona de pinar rodeada de un olivar. Gracias a la lluvia caída durante la noche las llamas no avanzaron con rapidez, aunque la fuerza del viento dificultó las tareas de los equipos desplazados, entre ellos bomberos de los parques de Sóller, Calvià y Andratx, personal de la Guardia Civil, la Policía Local, Protección Civil e Ibanat, además de dos helicópteros, un avión canadair y dos dromader. En esta ocasión, también, un rayo podría estar detrás del desastre.

Pero el peor incendio estaba por llegar. A las 11.30 horas varios testigos se pusieron en contacto con el 112 para alertar de un fuego en Cales de Mallorca, que al parecer tenía tres focos en su origen. Esta circunstancia podría evidenciar que fue intencionado, pero la investigación está pendiente de los datos recogidos por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. La llamas se extendieron con gran velocidad y en algunos puntos el frente llegó a tener dimensiones preocupantes. El dispositivo aéreo y humano fue impresionante, pero no pudo impedir que se quemaran cientos de hectáreas.

Valldemossa y Puigpunyent también sufrieron ayer por la tarde los efectos de las llamas, pero en menor medida. En la primera localidad se sucedieron, con un intervalo de tres horas de diferencia, dos incendios: el primero en una zona montañosa y el segundo en la cuneta de la carretera al puerto. En Puigpunyent la voz de alarma se dio a las cinco de la tarde y el foco del siniestro estaba en un punto de difícil acceso. Por fortuna, la rápida intervención y la ausencia de viento en ese momento impidió que las llamas se extendieran y se repitiera el desastre de Cales de Mallorca.