El cargamento de 1.708 kilos de hachís que transportaba un barco
interceptado por la Guardia Civil en aguas de Formentera se
disponía a descargar la droga en el delta del Ebro, según ha
averiguado el GIFA (Grupo de Investigación Fiscal y Antidroga). El
alijo fue trasladado en la mañana de ayer al amarre de la escalera
real, en sa Llotja de Palma.
En las próximas horas será analizado en el departamento de
Sanidad del Gobierno central, para concretar su pureza y sus
características. La «Operación Jaume» ya está cerrada y ayer por la
tarde estaba previsto que los cuatro detenidos, tres catalanes y un
marroquí, prestaran declaración en los juzgados de Eivissa. La
Benemérita tiene pruebas de que no era la primera vez que la banda
adquiría cargamentos de hachís en las costas marroquíes y creen que
la sustancia era vendida en Europa y en la costa mediterránea.
El alijo interceptado el martes por la noche, en concreto, debía
ser descargado en el delta del Ebro, donde al parecer los
implicados contaban con una infraestructura. Para garantizar que la
operación se desarrollase según los previsto y un teniente y varios
investigadores del GIFA de Palma se desplazaron en fechas recientes
a Eivissa, desde donde se coordinaron todos los pasos a seguir. Un
detalle que trascendió ayer fue que el abordaje de la embarcación
«Boogie» fue complejo y arriesgado, ya que la mar estaba picada y
el temporal dificultó sobremanera las maniobras de la lancha de la
Guardia Civil. Al final los tripulantes fueron arrestados y se
incautó el alijo.
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