Los servicios técnicos del Àrea de Urbanismo del Ajuntament de
Santa Margalida confirmaron ayer que el apartahotel Picafort Park
tiene todos sus permisos en regla. Este edificio hotelero se
terminó de construir en 1988 y obtuvo un permiso provisional de
actividad turística de la Conselleria de Turisme del Govern de les
Illes Balears en el año 1989. En 1991 obtuvo la licencia
definitiva. El establecimiento hotelero, propiedad de la compañía
local Stils, se derrumbó en la noche del jueves, supuestamente
después de que se produjera un corrimiento de tierras. Esa es la
principal hipótesis sobre la que trabajan ahora las autoridades.
El touroperador británico Thompson, que nutre de turistas al
establecimiento, enviará en los próximos días a un arquitecto de la
compañía para que compruebe in situ las posibles causas que
originaron el siniestro. Los 400 turistas que ocupaban el
apartahotel cuando se produjo el accidente han sido realojados en
otros establecimientos hoteleros de la zona. A media noche del
pasado jueves, el touroperador Thompson desplazó a Can Picafort una
flota de seis autocares para facilitar el traslado de los
turistas.
Aunque el derribo afectó únicamente a uno de los ocho bloques de
apartamentos, todas las personas alojadas en el complejo decidieron
abandonarlo por razones de seguridad. El espectacular derrumbe del
edificio sólo quedó en un susto. En el momento del accidente todos
los inquilinos se encontraban fuera de las instalaciones. La
Conselleria d'Interior trasladó al lugar un sofisticado aparato
para detectar si había personas vivas atrapadas entre los
escombros. Esta es la primera vez que se utiliza un mecanismo de
estas características en Balears.
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