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JOSEP MARIA SASTRE
«La lucha ha acabado, sólo me queda recordar a mi hija». La madre
de María del Carmen del Salto, la joven de Porto Cristo que fue
asesinada, levantó los brazos en señal de victoria cuando escuchó
el veredicto del tribunal que acusaba al súbdito alemán Andreas
Ingo Okulus de asesinato y violación y le condenaba a cadena
perpetua. Justo después de la euforia se desplomó. «Sentí una
relajación total», comentó ayer Engracia desde su casa de Porto
Cristo, porque «ya he cumplido con la promesa que la había hecho a
mi hija: ver encerrado a su asesino, ahora ya puedo descansar
tranquila».
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