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«Llegamos a pensar que habían secuestrado a Roberto, lo pasamos francamente mal». Carol Fuentes García, la hermana del empresario español que desapareció el sábado cuando navegaba en aguas de Santo Domingo, confirmó ayer a Ultima Hora que Roberto había sido localizado sano y salvo por las autoridades de aquel país.

La hermana y la madre del empresario, que está casado con una dominicana y tiene tres hijos, residen en Mallorca y según aseguró Carol «mi hermano también se siente mallorquín, aunque nació en León». «Todavía no tenemos mucha información sobre el rescate, pero nos han comentado que fue un barco americano el que localizó la embarcación de Roberto. Mi madre ya ha hablado con él y yo lo haré esta noche», contó la mujer. Sobre su estado de salud tras cuatro días a la deriva, Carol explicó que «según nos han dicho está algo magullado y quemado por el sol, pero no tememos por su salud».

Roberto y sus dos hermanos dirigen en Santo Domingo un restaurante llamado «Capitán Cook», un local muy frecuentado por mallorquines que está ubicado en la zona denominada «El Cortecito», cerca de Playa Bávaro. El empresario español y sus acompañantes dominicanos desaparecieron en alta mar el viernes, cuando regresaban de Puerto Rico a la República Dominicana. La Marina de Guerra y de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD), en colaboración con los guardacostas de Puerto Rico, localizaron ayer la embarcación a la deriva en la que iban Roberto Fuentes García, de 34 años, Pascual Borrell, capitán de la embarcación, y Diego Vázquez Estrada, abogado y amigo de la familia.

Los hermanos Fuentes transportan turistas desde hoteles de Punta Cana a su negocio a bordo de una lancha. El barco fue robado la semana pasada por unos traficantes de inmigrantes, que la llevaron hasta Puerto Rico, donde finalmente fue localizada por las autoridades de esa isla y entregada a los Fuentes García. Tras comunicar que habían recuperado la embarcación, de ocho metros de eslora, y que ya había zarpado de Puerto Rico, hicieron el sábado al mediodía una llamada de socorro a sus familiares con un teléfono celular, en la que avisaban de que estaban a la deriva a causa de problemas en el motor y que sólo disponían de agua y comida para tres días.