La localidad de Esporles se sentía ayer especialmente conmocionada
con la muerte de los dos niños, Marc y Àngel Gil, de 13 y 8 años de
edad, que desaparecieron el domingo al ser arrastrados por una ola
en Alcúdia.
De los dos hermanos, sólo el más pequeño acudía a clase al
Colegio Público de Esporles, mientras que el mayor asistía a un
centro de Palma. Elvira Nadal, la profesora de Àngel, recordó ayer
a su alumno «como un niño muy alegre y muy educado. Era muy buen
compañero». Los alumnos de cuarto de primaria conocieron ayer, de
palabras de su profesora, que Àngel no volvería más a clase, si
bien la educadora no quiso entrar en detalles de lo que le había
ocurrido. «Hemos dedicado la clase a rendir un homenaje a Àngel y
les he pedido a los niños que sólo recordaran las cosas buenas de
él. Algunos niños han llorado al recordarle».
En la calle Tanca de Esporles, donde vivían los dos niños con su
madre (que estaba separada del padre de sus hijos) la conmoción era
aún mayor. La vivienda de la familia Gil Bonnín era un ir y venir
de conocidos y familiares, que quisieron mostrar su solidaridad y
apoyo a la madre de Marc y Àngel, quien, lógicamente, se encontraba
destrozada por lo ocurrido. Catalina Llinás, una de las vecinas de
Esporles, recordaba a los dos hermanos «como dos niños muy
alegres». La mujer afirmó que Jorge Gil era «un padre ejemplar, que
se deshacía por sus hijos. El hombre intentó salvar a los dos
niños, pero no lo consiguió. Era una persona muy aficionada a la
naturaleza, y les inculcó esta afición a sus hijos, que sabían
nadar muy bien». La vecina explicó que la madre se encontraba muy
serena, pese a lo ocurrido, pero ayer permanecía sedada mientras se
hacía a la idea de que sus dos hijos habían muertos en un trágico
accidente.
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