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La muerte del pequeño Tomàs Umbert de seis años de edad, al ser arrollado por un tren turístico el domingo por la tarde, ha conmocionado a los habitantes de Manacor y Porto Cristo, al ser una familia muy conocida en el municipio, puesto que los padres del niño regentan el famoso restaurante de Los Dragones en el núcleo costero. Los padres del pequeño recibieron numerosas muestras de cariño y condolencia por parte de los familiares, amigos y conocidos. Las maestras del colegio Sant Vicenç de Paul de Manacor se trasladaron personalmente al domicilio de la familia para solidarizarse por el fatal desenlace.

El padre del niño, Antoni Umbert, manifestó a Ultima Hora que «estamos destrozados, todavía no nos podemos creer lo que ha pasado y no sé como lo superaremos. Su madre lo está pasando fatal, se ha puesto enferma y no se ha podido levantar de la cama. Estamos viviendo momentos muy difíciles». El delegado de Interior en el Ajuntament de Manacor, Antoni Mestre, comentó ayer que «al niño le encantaba viajar con el tren turístico. Muchas veces avisaba a sus padres de que se iba con su hermano a dar una vuelta con el tren. Nadie se hubiera podido imaginar nunca que pudiera ocurrir un accidente tan grave y con tan fatales consecuencias. Ha sido un suceso muy trágico».

En la calle, bares y establecimientos se podían oír comentarios de tristeza y conmoción. La gente se ha sensibilizado mucho al tratarse de un niño tan pequeño. Tomàs era un chico muy despierto, simpático y deportista, muy querido en su ámbito familiar y en el colegio.