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La tormenta que se descargó sobre la Isla en la madrugada del viernes fue provocada por la combinación de perturbaciones, una alta y otra baja, y se le detectaron varios núcleos activos, por lo que tuvo una duración considerable y vino acompañada de un fuerte aparato eléctrico, según confirmaron fuentes de la Dirección Provincial en Balears del Instituto Nacional de Meteorología. De esta forma la tormenta, que comenzó sobre las 23.00 horas y atravesó de oeste a este la mitad sur de la Isla, dejó hasta 150 litros de agua por metro cuadrado en la zona de Llucmajor.

Otros registros importantes se dieron en Porreres, donde se recogieron 131'5 litros por metro cuadrado; Algaida, con 94 litros; Alaró, con 93 litros y Binissalem, con 89 litros. En lo que respecta a Palma, los datos, aunque no tan llamativos, son importantes ya que se recogieron 56 litros en el aeropuerto de Son Sant Joan y 42 en la estación meteorológica de Portopí. La tromba de agua se localizó entre las 12.00 horas y las dos de la madrugada especialmente, de tal forma que, en Porreres entre las 12 y la una de la mañana se registraron 35 litros y durante la hora siguiente se recogieron 45 litros por metro cuadrado.

La gran cantidad de agua caída en un plazo corto de tiempo provocó que algunos torrentes de la isla se vieran desbordados. En este sentido el director general de Recursos Hídric, Antonio Rodríguez, descartó que esta situación no fue provocada por la suciedad de los torrentes sino por la poca capacidad de desagüe de algunos puentes. Por lo que respecta a los acuíferos, Rodríguez destacó que lo más beneficiados son los que están situados en la sierra «ya que, al ser roca calcárea, el agua penetra fácilmente excepto cuando hay pinos que ocupan las grietas de las rocas».

También le han venido bien las precipitaciones a los acuíferos del Pla, aunque hay que tener en cuenta, según explica el director general, que los terrenos secos absorven 50 litros de agua antes de «soltarla hacia capas inferiores». En los mismo términos se manifestaron representantes del sector agrícola que, en términos generales, calificaron las lluvias de «buenas» por que «regeneran la humedad de las capas de la tierra». Este depósito de humedad en las capas inferiores será beneficiosa para temporadas venideras.