Sillas con las patas hacia arriba, patios cubiertos de charcos de
agua, pizarras inmaculadas de tiza y el silencio sonoro de la
ausencia de los niños. Éste era el panorama ayer en las puertas de
los colegios en una mañana fría de nubarrones y vientos que
invitaba a quedarse en lo más profundo del sillón junto al brasero.
Una jornada en la que las aulas aparecían desiertas a causa de la
lluvia y el viento, así como por la orden del Govern que suspendía
para ayer y hoy la actividad docente, aunque no cerraba los
colegios.
Un vacío de aulas que, si bien no era total ayer en los colegios
de Mallorca, será presumiblemente absoluto en la mañana de hoy,
cuando se enfila ya la recta final de la semana. Sólo unos pocos
padres, los peor informados o los que por su trabajo no podían
hacer otra cosa, fueron los únicos que llevaron a sus hijos a
clase.
«No sabía nada. Al levantarme he oído la noticia, pero como el
día ha amanecido bueno, he traído a la niña. En principio la voy a
dejar, si luego empeora vendré a recogerla», reconocía Antonia, una
madre que se dirigía al CP Rei Jaume I. La escena se repetía en las
puertas de los centros, donde los corrillos de padres se
concentraban en torno a profesores que informaban sobre la
situación, a pesar de que no todos los padres parecían estar
conformes con la decisión del Govern.
Los profesores se encargaban de terminar de explicar la
situación. «Podéis dejar a los niños, que quede claro, pero la
Conselleria recomienda que estén en casa, se ha declarado la alerta
'dos' y todo se hace por prevenir», señalaba ayer Sixto López,
director del CP Rei Jaume I, quien insistía a los padres: «Los
profesores hemos venido a trabajar y los niños no se quedarán
solos, pero lo mejor es que todos estén en casa porque si el día se
pone peor, puede ser peligroso».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.