El robo fue descubierto a primera hora del sábado, cuando los
empleados de la empresa se incorporaron a su trabajo. Según parece,
los ladrones -que podrían ser entre dos y tres personas tenían
alguna información sobre el recinto y tras efectuar un «butrón» en
una de las paredes llegaron hasta las oficinas. Allí reventaron el
cerrojo de una de las puertas y accedieron al interior, donde se
encontraba la caja fuerte. Las fuentes consultadas indicaron que la
caja no estaba empotrada, pero era de gran tamaño «de esas que
tienen sesenta o setenta años y son como un mueble».
Los delincuentes se tomaron su tiempo y con martillos y
herramientas de gran envergadura comenzaron a golpearla en sus
partes más débiles. Lo más curioso de todo es que la operación
debió durar varios minutos y el estruendo que provocaron tuvo que
ser considerable. Sin embargo, ningún vecino llamó a la policía y
el «butrón» se descubrió al día siguiente, cuando los delincuentes
ya estaban muy lejos. El botín del asalto no ha trascendido, pero
al parecer fue importante porque en la caja fuerte había acumulado
el dinero para unos pagos de impuestos.
La policía examinó concienzudamente el recinto, en busca de
huellas o indicios sobre los autores, y está investigando si sabían
que en la caja había una cantidad considerable de dinero y otros
detalles sobre el funcionamiento de la empresa. De momento, no se
han practicado detenciones. En la denuncia presentada por los
responsables del negocio se especifica también que los daños
materiales son muy elevados.
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