Y todo con un sueldo de 200.000 pesetas. El problema económico
estaba presente en muchas de las peleas, pero el trasfondo no era
sólo material. Según parece, la ciudadana sueca seguía enamorada de
Orejana y no permitía que él hubiera rehecho su vida. Esa noche
ambos se encararon, aunque el final fue tan inesperado como
dramático para el cabo. Titiana blandió un objeto contundente que
encontró en la casa, al parecer un martillo o una llave inglesa, y
la estrelló violentamente contra la cabeza de su ex marido,
causándole la muerte al instante. Los investigadores creen que la
extranjera no quería matar a su ex cónyuge, pero se «ofuscó» (tal y
como parece que ha declarado) y le golpeó con furia.
Lejos de entregarse, Titiana ideó a partir de ese momento la que
sería su 'táctica' en los días siguientes: se mostró tremendamente
abatida y fingió no conocer ningún detalle relacionado con el
crimen. Incluso negó que hubiera estado recientemente en el
apartamento y aquí se equivocó. Lo que no sabía Titiana es que un
vecino del edificio, uno de los pocos que viven en aquel complejo
en invierno, la vio salir de madrugada con el rostro descompuesto.
Esa fue una de las principales bazas de los investigadores en los
días sucesivos, que centraron las pesquisas en los movimientos de
la mujer. La ex guía del aeropuerto recibió la 'ayuda' de un
psicólogo y luego siguió disimulando, hasta que el miércoles la
Guardia Civil dio la 'estocada' definitiva.
La detuvo y una veintena de hombres registró minuciosamente su
casa, donde aparecieron indicios inculpatorios. Sólo faltaba un
detalle: su confesión, y llegó al día siguiente. Titiana se
derrumbó y, agobiada por tantas horas de hábil interrogatorio,
espetó lo que todos esperaban: «Yo lo maté en un momento de
ofuscación». La mujer añadió que no recordaba todo el episodio,
aunque comenzaba a despejar ciertas 'lagunas'. Su historia de
«amor-odio» con el cabo había tenido el peor final que imaginarse
pudiera.
Once días de un intenso trabajo de
investigación
La Guardia Civil ha llevado a cabo un intenso trabajo de
investigación para esclarecer la muerte de un compañero, el cabo
Francisco Orejana. Ayer, tras darse practicamente por cerrado el
caso al nivel de diligencias, existía entre el colectivo un
sentimiento de satisfacción por el deber cumplido. Han sido en
realidad once días muy intensos, en los que se trabajado muy duro
para que no quedara impune este crimen.
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