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M. COMÍN/UH-INCA
La amenaza de bomba a diversas entidades bancarias del centro de Inca paralizó ayer por la mañana la ciudad. Una llamada telefónica alertó hacia las 9 horas sobre la colocación de bombas en media docena de bancos y cajas de ahorros que detonarían a las 10.20 horas. El aviso obligó a la Guardia Civil a desalojar y precintar la mayoría de entidades bancarias del centro de Inca y los comercios y bloques de pisos adyacentes. También se cerró al tráfico el centro comercial.

«Nos avisaron a través del portero automático de que debíamos abandonar la casa», explicó ayer una vecina de la avenida de Alcúdia a quien el susto le pilló en pijama. «Cuando me han avisado me lo he tomado a broma, mi hija que vive al lado de mi casa no ha hecho caso del aviso pero ahora la he llamado para decirles que parece que la cosa va en serio», añadía otro vecino de una zona evacuada.

Numerosos tramos de las calles más céntricas fueron precintados y vecinos, trabajadores de bancos, comerciantes y visitantes esperaban tras las cintas d precinto a que la guardia civil les diera un nuevo aviso. «Al principio nos hemos asustado, ahora ya vemos que debe de tratarse de una falsa alarma, una broma de muy mal gusto», señalaba una vecina.

Además de numerosos agentes de la guardia civil, participaron en las tareas de evacuación y desalojo de las zonas amenazadas la policía local y los bomberos de Inca, a quienes reforzaron brigadas de los bomberos de Santa Margalida. También se desplazaron hasta la ciudad diversos agentes del Grupo Especial de Detección de Explosivos (GEDES) que, acompañados por un pastor alemán adiestrado, revisaron, una a una todas, la entidades bancarias amenazadas. Los diversos precintos fueron retirados paulatinamente, a medida que los GEDES finalizaban sus tareas. Aproximadamente a las 11'20 horas, finalizó la última inspección y volvió la normalidad a la ciudad.